Puse agua para el mate mientras exterminaba las cuarenta y dos hormigas que amenazaban con devorar la bolsita de té de Jamaica,
ya los recuerdos no vienen por estos lados,
les hacen bullying por el pasillo del olvido,
seguramente por eso no me volvieron a llamar del trabajo y estoy tranquilo, no llamaran por mi nombre.
Ayer Sali a pedalear y vi el cachito de la luna de mayo, fui libre y feliz.
Ya no esperamos a nadie a cenar porque un plato más en la mesa nos resta, decidí no tener hijos y me llamaron loco otras no lo esperaban y me dejaron con mermelada en la camisa.
Me gustaría darte un beso de vez en vez,
cruzar calles y avenidas
érase una vez un pelao por ahí.