Honestamente tengo que decir que hay cosas que pasan por pura casualidad.
Recibí una invitación de mi novia para ir a ver teatro, (yo, un licenciado de las artes representativas) en esta oportunidad asistiríamos a la obra del grupo de Teatro “Divina Obscenidad” Colectivo artístico de la ciudad de Medellín que realiza obras donde exploran todas las formas eróticas.
Durante todo ese sábado no me preocupe por nada más, ¡ya teníamos planes!, llame a “Elemental TEATRO” para reservar las boletas, por ser última función de una trilogía se espera ver la sala llena y no quería sentirme frustrado arruinando la noche cultural de Sábado por quedarnos sin las entradas.
Todo estaba listo, la hora se acercaba; al llegar al teatro pude ver la gran afluencia de público, confiando en tener aun las reservas hicimos la fila, esperamos, pagamos y esperamos de nuevo.
¿Será tan buena que atrae tantos espectadores?- me dije- Como es costumbre (en algunos casos) hay tiempo para saludar, uno que otro conocido, (a muchos les gusta esto, mucha farandulearía). Me encuentro a un amigo músico, quien compone y hace la música de la obra, algo que suma mucho a las creaciones dramáticas, mencionó a mi amigo Antonio y hasta ese momento no sabía de qué se trataba toda estas coincidencias, (confieso que no sabía de ustedes) hasta que me acerque a la cartelera de programación; esa que tienen todos los teatro de nuestra ciudad en la entrada y pude observar a los compañeros con los que actúe en mi paso por la universidad de Antioquia, con los que hice una serie de funciones por la ciudad, el departamento y un viaje a Cúcuta, Colombia; intentamos volver a montar Angie… y actuar este año y, por una extraña razón no continuamos. Ellos: Omar, Bladimir, Julian, Fredy, Deisy, y Antonio como director en compañía de otros que no recuerdo sus nombres ahora, sentí una gran alegría, esa sensación se la transmití a Carolina, le hable de quienes se trataban y el vínculo de amistad que teníamos.
Como es eso, uno no se espera que al ingreso te enseñan posturas eróticas para sostener relaciones sexuales, una mujer colgando de un lazo muy grueso, con un amarre todo raro, con su pecho descubierto, un señor dando explicaciones de cómo usar ese amarre para relaciones placenteras y penetraciones excitantes, es así como lo lee…
Alguien a mi lado dice – ¿pero cómo se supone que la voy a penetrar, no entiendo?
- tiene que preguntar- respondí-
Mientras la gente seguía pendiente de las maneras y usos del amarre ingresamos a la sala, pocas sillas por lo que mucha gente quedo parada, fue lleno total, alcanzamos unos buenos puestos. Mucha alegría por ellos, la obra no la conocía, le dije a un señor que me pregunto por los referentes de ella, fue acompañado de su esposa y al parecer era la segunda vez que visitaba a Elemental Teatro.
¡Pinta bien!
Muy poco se ha explorado este tipo de teatro en la ciudad, y cuando hay temporada los teatros se ven completamente llenos, ¡CARAMBA somos morbosos por naturaleza!, ¡nos encanta! otra cosa que alcanzo a ver es que los espectadores se están educando para ver algo distinto, rescato de igual manera que los actores en escena están o pasaron por la facultad de Artes de la U de A.
De la obra: Procusto era un bandido del Ática, antigua Grecia, tenía en su casa una cama de hierro. Tenía la costumbre de ofrecer hospedaje a los viajeros salir por las calles y detener a los viandantes. Los invitaba a cenar en su casa. Cuando terminaba la cena los tendía sobre el lecho de hierro. Ajustaba la cabeza al catre de la cama de manera que si sobresalían por la otra parte las piernas o los pies, se los cortaba para que el cuerpo se acomodase al tamaño de la cama. Si una persona tendida en la cama, no llegaba a la cabecera y a los pies, los descoyuntaba. En lugar de acomodar la cama al tamaño de las personas, hacía que éstas se ajustaban a las medidas de la cama. La mitología dice que Procusto murió a manos de Teseo, quien le aplicó el mismo castigo que él infligía a sus víctimas.
En escena: el cuerpo a la medida, una cama un hombre desnudo atado a ella, mujeres desnudas, cuerpos de hombres fuertes, malosos, deformes y con dificultad para comunicarse, ese cuerpo como objeto de deseo y desprecio en cada uno de los apagones surge la pregunta ¿qué va a pasar?
Visto ya todo, tengo que decir que el manejo diferente del discurso, las acciones, el vestuario y los objetos utilizados, el trabajo del personaje, cada uno tiene su rayón, la manera de entretejer las escenas hacen que esta obra tenga una propia esencia en el teatro mismo, podría arriesgarme a llamarlo sátira? me queda la duda. Para los que ya la vieron me podrían dar su opinión.
Mucha pero mucha fuerza señoritas y señores en la escena, se alcanza a ver un disfrute por lo que hacen,
Felicitaciones, espero desatrasarme y estar al día con el grupo, con mis amigos, con el teatro.
