Que se caiga toda religión…
Una aventura que emprendí en bicicleta me llevó al barrio El
Poblado, en Medellín, cumpliendo una de esas invitaciones que muy pocos hacen
en estos tiempos, ir a ver teatro.
Muchos grupos están de vuelta a sus sedes, a las tablas, y con esto vuelven los espectadores a disfrutar de los grandes y pequeños formatos como el que nos presenta el Grupo de Teatro “Divina Obscenidad”; si aún no los conoce los invito a seguirlos en Instagram: https://www.instagram.com/divinateatro/ y en YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCYwdas73lKsZiGYn_u2qEHQ/featured
sigamos...
Confabulados estamos todos en apoyarnos, risitas y abrazos
de un gremio que no llegó a fin de mes por falta de apoyo en estos tiempos que
vivimos, pero que busca por todos los medios mantenerse vivo; recuerden que aún
existe el temor del Covid-19, reunidos en primera fila a una obra que tiene
olor a pescado fresco, a mar, a costa, en la mano tengo una cerveza casi vacía,
los demás espectadores se acomodan y charlan, el sonido ambiente musical, pitos
de carros en la calle; llegan las recomendaciones para disfrutar de una buena
función, como lo es apagar el celular, ponerlo modo avión, en silencio.
Bienvenidos al ritual.
La décima obra de este grupo “El Evangelio según el traidor
“¿qué misterios nos espera? Una apuesta arriesgada desde sus diálogos, sus
acciones corporales, así que si usted se dispone a verla, espero que su mirada
esté atravesada por un nuevo filtro que elimine toda creencia, todo concepto de
la historia pasada, creada a lo largo de su corta vida, es una historia muy
antigua... desde que se nombró a la
serpiente.
Me surge una pregunta: ¿Qué llevó a Antonio a escribir esta
obra? ¿Acaso la realidad percibida no está bien así? ¿Hasta dónde piensa
llegar? Fue la segunda semana de temporada en escena y los actores se toman
confianza con el personaje, con el texto, muy temprano para decir que es una
obra madura, esperemos próximas funciones.
Cuando se encienden las luces en la primera escena, esa
tensión desata ese primer momento, la lucha. Tres actores, dos hombres: Jesús
(por Sebastián Ruiz) y Judas (por Camilo Porras), una mujer, Magdalena (por Dai
Vera), comprometidos con su personaje, reconozco que ya tienen trayectoria en
estos formatos, teatro erótico, sin pudor, mucha piel a la vista de todos, tan
a la mano, tan cercano que se siente el olor a cuerpos sudorosos, algo los
mantiene alerta, el silencio se interrumpe, una respiración fuerte va
creciendo. Vamos a ver qué tanto nos movemos de la silla.
¿Qué piensas de alguien que te va a traicionar pero que te
ama con el gran amor del mundo? Otra pregunta que me llevo para mi casa esta
noche.
Fue posible un triángulo amoroso en estos seres, aquí lo
vemos de cerca, nos presenta lo vivido en la intimidad de un espacio con muy
poca escenografía, una banca, una roca de un tamaño mediano y pesada, un
envoltorio con pan, dos recipientes metálicos, uno con agua y otro con una masa
blanca, esos pequeños detalles llenos de simbolismo y los diálogos remarcando
con fuerza la situación, reclamos de un tiempo en que la felicidad les era
permitida, todos sabemos quién fue el traidor y el costo de su traición
permanece hasta nuestros días, porque así fue escrita. Es en la fuerza de los
actores donde todo es creíble, llenan el espacio, que se mezcla con los temas
de reggaetón (sonido imposible de eliminar) … estamos en El Poblado, ¿lo
recuerdan?
Además de arriesgado, es una inimaginable idea esta en la
que el director, Antonio Úsuga nos sumerge…
Cada apagón nos deja a la expectativa de lo que puede llegar
a pasar, pero todos sabemos qué va a pasar, la escena erótica entre Jesús y
Judas deja una pregunta volando en el aire: ¿pudo ser? El pan, la roca, la masa
en esta parte ya la realidad es otra y se genera risas entre los espectadores,
¿Quién va a ser recordado? ¿Quién va a ser amado? ¿Cuántas veces nos lavaron
los pies para definir cómo sería escrita la historia?
Todo se trata del amor y no nos habíamos dado cuenta. Un
despertar se aproxima en medio de la fuerte tensión entre Judas, Magdalena, el
amor del que va a ser el traidor, y el amor da la temible puta, ¿Qué pensabas
de mí? “Estaba dispuesto a dejarlo todo y recorrer el mundo a tu lado” pero que
miserable es la vida de un traidor cuando está amando.
La Magdalena realiza una serie de movimientos sutiles, muy
bellos, saborea el texto hasta que logra ver la serpiente con toda una libertad
de exploración corporal, se toma su tiempo ese animal mitológico que te guía,
pero vaya uno a saber si por el buen camino o por el malo, ¿Qué recuerdos
tienes con las serpientes? El personaje rompe la cuarta pared, que es un
momento de mucha tensión para el espectador, no sabe en qué lio se está
metiendo, “Come del pan, está rico” ... la maldad y la bondad, en una sola
frase. La roca, una pesada carga para el hijo de dios.
Quiero terminar diciendo que para que esta obra aconteciera
debió pasar muchas horas de ensayos, de lecturas, de búsqueda, muchas maneras
de interpretar estos personajes, de fortalecer la amistad, ante todo. Se
termina la obra, es momento de salir y entre aplausos prometen volver en días
santos.
Con toda tranquilidad digo que me produce una enorme
satisfacción de ver el logro conseguido en esta obra.
Por
BobFakoly