Esta historia es de cuando uno se
enoja mucho por prestar la bicicleta.
La verdad es que lo peor de
prestar la bici es que se la entreguen a uno con problemas, tres o cinco días después
de lo acordado, o peor aún, tener que llamar y cuadrar para ir por ella donde
sea, a más de uno le ha pasado. Creo que
si puedes salir pedaleando del lugar es una alegría tremenda, pero que te la
entreguen chuzada y ni siquiera te avisan; es lo peor, pierde uno la paciencia,
son temas, cuestiones que vamos aprendiendo a la hora de prestar la bici, uno
sigue prestando pero cada vez desconfía más, hay muchos peros a la hora de
sacar su bici de la casa para que se la lleve ese amigo que seguramente no le
va a dar el cariño que uno le da.
Con el tiempo uno sabe y los
cuenta con los dedos de una mano los amigos a los que SI les prestarías una de
tus bicicletas. No para que se la lleve, uno está ahí con ellos, rodando para
estar pendiente. Es fácil decir NO en algunos momentos de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario