lunes, 23 de abril de 2012


Pensé en las oportunidades que tendría en irme a vivir  cerca del centro de la ciudad,  tendría más tiempo para disfrutar de la vida nocturna de esta ciudad, tiempo para estar con amigos, de fiestas sin preocuparme por el bus o el metro,  a cuatro cuadras del centro, que más podía pedir, si en algún momento quería una cerveza podía salir en busca de ella y ahí las encontraría, pero bueno ya no sé qué pensar de todo esto, salgo menos y me emborracho más en mi ksa o en ksa de amigos, tomando tequila y mucha cerveza, no he tenido romances, si he sentido miradas de nenas, que quieren ser queridas en noches de frio, en tardes de calor, he salido corriendo, porque no me importa,, mi cuerpo no desea eso, por ahora.
Escucho muchas historias de desamor, de romances, veo discusiones de parejas, mendigos buscan algo en la misma caneca, indigentes fumando en esas pipas artesanales, besos con lengua, manos bajando braguetas, tangas en las calles, toallas higiénicas ensangrentadas, colillas de cigarrillos encendidas siendo recogidas por un joven en uniforme escolar.
Espero que se termine este día, mañana tengo que salir en busca de nuevas historias, no puedo dejar de pensar en la noche que observando desde la ventana de la ksita un accidente de moto, en lo que va de este mes, ya son seis accidentes, un promedio  de uno cada dos días, eso es mucho; y eso que son calles de barrio, los motoristas no respetan las señales de pare, son muy acelerados. No sé qué piensan para cruzar una calle sin mirar, estoy demasiado tiempo aquí metido, las viejas del ancianato ya me saludan todas las mañanas, lo bueno de todo esto es que tengo la mejor vista de la ciudad, espero que algún día la pueda compartir con alguien especial.
No siento maldades pero si he tenido momentos en los que me he visto descender los dieciséis pisos en caída libre, me veo caer, escucho un fuerte grito “hijueputa”, es un instinto de suicida, que pensé haber superado, pero está en mí, recuerdo la primera vez que me internaron en el hospital, para un tratamiento, me asignaron el piso noveno, estaba en compañía de un señor adulto al cual le amputaron el pie derecho, era amante del chavo del ocho, todos los días a las cuatro de la tarde me decía que si le ponía el chavo, yo no veía ese programa, pasa viendo videos musicales, programas de mi interés, justo a las cuatro tenia que poner el chavo, los mismos capítulos que veía de pequeño, no lo podía creer… desde esos días empecé a odiar el chavo, serio, odio el chavo.
Yo tenía el control, podía ver lo que deseaba, pero siempre a las cuatro de la tarde no sé por qué mierdas le ponía al señor el chavo, resultaba yo complaciendo al señor, tal vez sentía algo de lastima del señor, cuando eran las cuatro me tocaba, correr la cortina que separa las camas y escuchar música en audífonos, era en esos momentos en que más pensaba en la caída, en las horas de la comida, la enfermera llegaba con la cena, la dejaban y se marchaban a seguir repartiendo la comida a los demás enfermos,  no probaba bocado, tomaba el cuchillo e intentaba aflojar los tornillos que aseguraban la ventana, eso tardaba mucho, ya que estaba muy débil, poco a poco cada día iba maquinando mi plan suicida, al octavo día de internado mi plan estaba casi listo, solo esperaba la hora en la que las enfermeras estaban más ocupadas, la hora en que el señor compañero de cuarto veía el chavo del ocho.
Recuerdo que estaban aterrizando muchos helicópteros, llegaban con heridos del ejército, soldados que estaban combatiendo con la guerrilla, había mucho movimiento, pensé que sería el mejor momento para ejecutar mi plan, inicien puntual, corrí la cortina, me acerque a la ventana y con seguridad quite uno a uno los tornillos que impedían llevar a cabo mi plan; había logrado todo, corrí la ventana, sentí el viento en mi rostro, tome una silla, la puse cerca a la ventana, apoye mi pie, el derecho, en la silla, mi brazo izquierdo toco uno de los costados de la pared, mi pie izquierdo lo puse en la ventana, hasta ahí no pensé en nada ni en nadie, el impulso de saltar acelero mi ritmo cardiaco, por detrás y con fuerza sentí unos brazos muy suaves que me tomaban con fuerza, ¿usted que va hacer? Me retiro fuertemente de la ventana, me acostó en la camilla, esa enfermera sí que tenía fuerza, acto seguido me dopo, la ventana fue sellada nuevamente, los cubiertos de las comidas fueron cambiados por  esos cubiertos desechables y solo me llevaban cuchara.
Al siguiente día me atendió un siquiatra, mi compañero de habitación no se dio cuenta de nada, el chavo lo idiotizaba.
Últimamente siento el viento tocar mi rostro cuando me asomo a la ventana de mi ksita, puedo ver como el sol ardiente incita a la mujer de una terraza a broncear su cuerpo, puedo ver como la lluvia lentamente moja el asfalto, ahora lo único que se me pasa por la mente es poder vivir. ¿Oyes lo que digo? Poder vivir.
Ahora estoy viejo a mis 38 años, tengo buena  apariencia, ya no soy un chico que se masturba en su cuarto, el pelo se me cae cada vez que lo lavo, tengo ojeras y barriga protuberante, al tomarme unas dos cervezas voy a mear inmediatamente, las mujeres no me desean, soy un viejo desaliñado, desagradable y solitario.
Eso sí me gusta prestar atención a cada paso de los recorrido de los gatos en el tejado, he visto gatos negros, blancos, pintas blancas y negras, hermosos gatos caminando por grandes tejados, ahora tengo esa rara costumbre, será quizá ¿porque ya no salgo de casa?, bueno hace como tres semanas venga y voy de la portería del edificio, a mi ksa y al bar, ahora soy un experto en la bebida del Mate, pues bueno, una noche, tarde por cierto, estaba con mi termo de agua y el mate, la bombilla,  todos ahí no saben muchas cosas de mí, cada cual también con sus problemas, a veces me hago el loco y paso derecho tomando mates con ellos, pero mi cuerpo es el que dice basta, no se porque esta bebida  genera en mi una gran actividad, llego aquí solo  a escribir, la cosa es que ya no tengo mate para tomar, estoy empezando con la locura porque ahora puedo dormir mas, no me gusta, desearía estar despierto mas tiempo, quiero dormir entre 4 y 6 horas.
Por estos días al señor Roberto Gómez Bolaños a estado muy felicitado estaba de cumpleaños, ya decía yo que parecía estar siempre tan joven y lo vi ahí tan viejo, tan mal, y recuerdo a mi compañero de cuarto.
pensar en el suicidio es muy normal en un hospital. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mística - Otra Vidub Ft Elkin Robinson, Tropicaldubs

  Si no escucharon la canción de Mística – (León Vélez - proyecto musical de la ciudad de Medellín) en la voz de Elkin Robinson cantante de ...